
¿Por qué es tan difícil aprender para mí y cómo puedo hacerlo más fácil?
¿Alguna vez te has sentado a estudiar y te ha resultado imposible concentrarte? Tal vez decidiste cambiar de carrera, compraste todos los libros necesarios o te inscribiste en un curso, pero cada vez que intentas estudiar, algo te distrae: tu hijo te llama, de repente sientes hambre, o aparece un mensaje que no puede esperar. Empiezas a revisar el correo, a deslizarte por las redes sociales o a pensar en los platos que necesitas lavar. Parece que aprender es imposible, y la frustración sigue creciendo. En momentos como estos, es crucial entender que no estás solo. Muchos adultos encuentran que aprender es un desafío, y hay razones para esto.
Las dificultades para aprender no siempre están relacionadas con el TDAH u otra neurodivergencia. A veces, simplemente estamos cansados o abrumados por la información. Hay momentos en los que parece que hemos olvidado cómo aprender, y eso es completamente normal. Investigaciones de la Universidad de Harvard (todos los enlaces están en la sección de comentarios de esta publicación) confirman que el estrés y la fatiga afectan significativamente nuestras capacidades cognitivas, haciendo que el proceso de aprendizaje sea mucho más difícil. El mundo moderno nos exige tanto que a veces no queda energía ni tiempo para aprender.
Pero, ¿por qué es realmente más difícil para los adultos aprender que para los adolescentes? Durante la adolescencia, nuestros cerebros son más plásticos, y el aprendizaje ocurre de manera natural y fácil. A medida que envejecemos, la plasticidad cerebral disminuye, y nos toma más esfuerzo adquirir nuevas habilidades. Si a esto le sumamos las responsabilidades que trae la vida adulta—trabajo, familia, facturas, preocupaciones diarias—es fácil ver por qué aprender se vuelve agotador tanto emocional como físicamente, reduciendo nuestra capacidad de concentración. La investigación de Stanford muestra que esta disminución en la plasticidad cerebral, combinada con el estrés acumulado, hace que sea mucho más difícil para los adultos aprender en comparación con los adolescentes.
Otro obstáculo para aprender es la procrastinación y la falta de motivación. A menudo, los adultos luchan por ver resultados inmediatos de sus esfuerzos; aprender puede parecer algo distante y abstracto, especialmente cuando los resultados no son visibles de inmediato. Esta incertidumbre fomenta la procrastinación: queremos ver los frutos de nuestro trabajo aquí y ahora, pero aprender requiere paciencia y tiempo. Un artículo de Psychology Today explica que la procrastinación a menudo surge del miedo al fracaso o la incertidumbre. Posponemos el estudio porque no estamos seguros de si podremos manejarlo o tememos la decepción de fallar.
A veces, las dificultades para aprender realmente pueden estar relacionadas con la neurodivergencia, como el TDAH, pero no es la única causa. Con frecuencia, es simplemente fatiga, estrés acumulado o incluso miedo al fracaso y perfeccionismo lo que nos impide sumergirnos por completo en el proceso de aprendizaje. La Asociación Americana de Psicología informa que el estrés y el perfeccionismo pueden ser barreras significativas para el aprendizaje. Tememos cometer errores, por lo que ni siquiera empezamos. Esperamos hasta tener suficiente energía para hacerlo todo perfectamente, pero ese momento nunca llega.
Y a veces simplemente aceptamos que hemos tenido dificultades para aprender desde la infancia. O nos resignamos a este hecho o luchamos contra el aprendizaje como si fuera un obstáculo, o incluso lo combatimos como a un enemigo.
Es importante darse cuenta de que las dificultades para aprender no son para siempre. Son temporales y se pueden superar si encontramos las estrategias adecuadas y nos damos tiempo. A veces, solo necesitas descansar para restaurar tus recursos emocionales y encontrar la fuerza para continuar. A veces es necesario estudiarte a ti mismo, para entender qué tipo de aprendiz eres, a través de qué canales externos (visual, auditivo, kinestésico) absorbes mejor la información.
El apoyo emocional y comprender tus propias necesidades son claves para el éxito. Es esencial permitirte descansar y no exigirte lo imposible. Como se destaca en un artículo de Verywell Mind, la salud emocional juega un papel clave en tu capacidad para aprender y absorber nueva información.
Quiero compartir algunos ejemplos de personas (estudiantes que han tomado mis cursos de TI) que lograron superar estas dificultades. Uno de ellos, un hombre llamado Mikhail, decidió aprender sobre Aseguramiento de la Calidad (QA) después de los 40 años para empezar a ganar más dinero. Al principio, tuvo dificultades para concentrarse, se distraía constantemente y seguía posponiendo sus estudios. Incluso cambió de un curso a otro porque no podía mantenerse al día con las tareas de sus compañeros de clase. Me dijo que casi había renunciado: la mayoría del grupo entendía las lecciones, mientras que él tenía que verlas dos veces y aún las encontraba difíciles. Analizamos su enfoque y descubrimos que planificaba ver una lección durante dos semanas, pero seguía posponiéndola. Luego la veía (generalmente por la noche, cuando estaba cansado) e inmediatamente intentaba hacer la tarea. No entendía nada, no podía completar las tareas, y ni siquiera verla de nuevo lo ayudaba. Le recomendé un enfoque diferente: estudiar media hora al día, sin presión ni expectativas altas. Si se atascaba en un tema, debía dejarlo a un lado, estudiar otra cosa y volver a ese tema más tarde. La clave no era estudiar una vez cada dos semanas de manera frenética, sino hacerlo un poco cada día. Gradualmente, el aprendizaje se convirtió en parte de su rutina y, con el tiempo, no solo dominó nuevas habilidades, sino que también consiguió un trabajo en un nuevo campo.
Otra historia es la mía. Tenía 38 años, con cuatro hijos, dos trabajos y TDAH, cuando decidí cambiar de carrera. Solo lo logré en el tercer intento. Los primeros dos intentos fracasaron miserablemente: simplemente renuncié porque perdí el enfoque en las primeras lecciones, me costó con la información y mi motivación desapareció rápidamente. Funcionó en el tercer intento porque primero leí varios libros sobre cómo aprender correctamente, estudié los métodos que funcionarían para mí específicamente en ese momento de mi vida. Adapté el plan de estudios del curso para que se ajustara a mis necesidades, añadí materiales adicionales y finalmente lo completé, cambié de carrera y luego rápidamente ascendí en mi nuevo trabajo (porque las dificultades para aprender nunca significan que te costará con el trabajo en sí).
Estas historias ayudan a entender que las dificultades se pueden superar, y que no hay nada de malo en avanzar a tu propio ritmo.
Si aprender es difícil para ti, debes saber que no estás solo. Casi todos los adultos enfrentan estos problemas. Algunas personas lo logran más rápido, otras más lentamente, pero lo importante es que nadie tiene que enfrentarse a esto solo. Hay muchas herramientas que pueden ayudarte en el camino, así como personas que ya han recorrido este camino y están listas para compartir sus experiencias. En nuestra plataforma, puedes encontrar un curso gratuito que te ayudará a aprender estrategias de aprendizaje efectivas y te enseñará cómo lidiar con las dificultades relacionadas con la concentración y la motivación.
El aprendizaje es un proceso que requiere paciencia y apoyo. Todos aprendemos a nuestro propio ritmo, y eso está bien. Lo más importante es no rendirse y recordar que con el apoyo adecuado, las herramientas correctas y una comprensión de tus propias necesidades, este viaje es posible y mucho más fácil. No tienes que hacerlo todo perfectamente; lo importante es seguir adelante. Y con las herramientas y el apoyo adecuados, puedes aprender y crecer a pesar de todos los desafíos.